Revisando el interesante trabajo desarrollado por los profesores N. Kerlinger y Howard B. Lee, en su obra “Investigación del Comportamiento, métodos de investigación en ciencias sociales”, encontramos que en su capítulo inicial, los investigadores ilustran los famosos cuatro métodos del conocimiento humano.
En este punto, lo autores señalan que existen cuatro formas de conocer o de establecer creencias. Nos parece interesante compartir en nuestro blog la visión de estos estudiosos, pues bien, por elementales que parezcan, a veces la rutina investigativa del crimen, el estrés por resolver un delito, la presión pública, o las obstinaciones personales, pueden jugar una mala pasada al detective o investigador criminalista. Por lo anterior, es que compartimos con ustedes, la definición de los cuatro métodos antes referidos.
El primero, es el método de la tenacidad, al decir de los autores, bajo este paradigma de conocimiento, la gente tiende a sostener firmemente la verdad, la cual se asume como cierta debido a su apego a ella y a que siempre la han considerado como verdadera y real. La frecuente repetición de tales “verdades” parece aumentar su validez. A menudo la gente se aferra a sus creencias aun frente a hechos que claramente están en conflicto con ellas. Además, infieren “nuevo” conocimiento a partir de proposiciones que pueden ser falsas.
El segundo corresponde al método de la autoridad, de modo sencillo el texto lo señala a modo de ejemplo: “Si un notable físico dice que hay un Dios, lo hay”. “Si la Biblia lo dice, así es”. En resumen, si una idea cuenta con el peso de la tradición y la sanción pública para apoyarla, entonces es así.
El método de la intuición o a priori, esta forma de conocer basa su superioridad en el supuesto de que las proposiciones aceptadas por el “a priorista” son por sí mismas evidentes. La idea parece ser que la gente a través de la comunicación y trato libres puede alcanzar la verdad porque sus inclinaciones naturales tienden hacia ellas. La dificultad de esta postura es que la expresión “concuerda con la razón”, no esclarece la “razón” de quien. ¿Quién está en lo correcto? Si algo es patente para muchas personas ¿significa que en realidad lo sea?
El cuarto método es el de la ciencia, de modo ejemplar, la obra cita textual a Charles Sanders Peirce quien indica:
“Para satisfacer nuestras dudas…, por lo tanto, es necesario encontrar un método por el que nuestras creencias se determinen no a partir de algo humano, sino por algo con permanencia externa, por algo que nuestro pensamiento no pudiera afectar… El método debe ser tal que la conclusión última de todo hombre fuera a misma. Éste es e método de la ciencia. Su hipótesis fundamental es: hay cosas reales cuyas características son totalmente independientes de nuestra opinión acerca de ellas…”
La ciencia en su método, incorpora autocorrección, objetividad y sobre todo, un persistente anclaje a la realidad, de más está agregar que la criminalística, en su carácter de ciencia auxiliar del derecho penal, no debe olvidar jamás su génesis científica, su apego a la estricta realidad, a su desafección a lo no comprobable, a lo metafísico y a las creencias populares, lo que sin lugar a dudas, nos llevara a optar siempre por la rigurosidad fáctica que nos ofrece el conocer un crimen a través del siempre meridiano prisma de la ciencia.
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